El té, al igual que el chocolate y otros alimentos, contiene gran cantidad de antioxidantes que son unas moléculas que luchan contra el envejecimiento del organismo.

Los antioxidantes eliminan los radicales libres y reducen el estrés oxidativo, uno de los principales responsables del envejecimiento celular. Estás moléculas presentes en el té son eficaces para evitar alteraciones de lípidos cerebrales. Actualmente hay estudios en marcha para evaluar el efecto del té en trastornos cerebrales como Parkinson y Alzheimer.

Los estudios sobre el consumo de té verde y el cáncer también son numerosos. En 1991, uno de los primeros que se realizó estuvo enfocado hacia el cáncer de pulmón. En éste se observó que los japoneses, grandes consumidores de té,  tienen una menor incidencia de ésta enfermedad en comparación con otras poblaciones que fuman más y consumen menos té.

Otros estudios también han demostrado su efecto protector  frente a otros cánceres. Por ejemplo otro estudio japonés de 2007 en el que participaron más de 50 000 hombres, mostró que beber té verde tiene un efecto protector contra el cáncer de próstata. Las explicaciones de los investigadores se basan en las catequinas contenidas en el té y su acción sobre la testosterona.

Hay que tener en cuenta que si queremos aprovechar todos los beneficios del té, es importante saber que la leche disminuye los efectos beneficiosos del té. Así que si queréis aprovechar completamente este perfecto suplemento para la salud, evitar su combinación con leche.