Fue probar el té verde kukicha japonés, con su sabor ligeramente dulce y cremoso, y decidir dos cosas: Una, que no había probado un buen té verde y por eso creía que no me gustaba, y dos, un té así había que acompañarlo de algo muy japonés, así que me puse a investigar.

Los senbei son aperitivos crujientes, generalmente salados, que se suelen servir con té verde a las visitas, así que me parecieron una buena elección. Para continuar con la inmersión en la gastronomía japonesa, decidí darles sabor con un condimento japonés llamado furikake, y de entre todas las variedades (los hay a base de algas, verduras e incluso atún) elegí el de hojas de shiso rojo, una planta cuyas hojas tienen usos tanto medicinales como culinarios, llamado yukari.

Y ya puestos a vivir una experiencia totalmente japonesa ¿qué mejor manera de hacer el té que utilizando una tetera japonesa de hierro fundido? No me digáis que no es una maravilla, artesanal, esmaltada en el interior y con un color exterior que enamora, a mí me hacen los ojos chiribitas cada vez que la veo. Si vosotros no sois muy de rojo, en la tienda tenéis muchos más teteras de hierro fundido en gran variedad de modelos, tamaños y colores para elegir. Y además, en el blog podréis descubrir más cosas sobre este tipo de teteras y cómo cuidarlas.

Ya sólo me falta el kimono. 😉

Ingredientes:

• 3/4 de taza de harina de arroz glutinoso (115 g)
• 1/3 de taza de arroz blanco cocido (60 g)
• 1/4 de cucharadita de sal fina
• 2 cucharadas de aceite de girasol
• 4 cucharadas de agua del tiempo
• 1 cucharada de furikake, condimento japonés

Opcional:

• 1 cucharada de salsa de soja
• 1 cucharada de mirin, también podéis usar miel

Con estas cantidades salen 24 senbei de unos 6 o 7 cm de diámetro.

Preparación:

Mezclar en un cuenco pequeño la salsa de soja con la miel, o con el mirin, si tenéis. Calentar en microondas durante 25 segundos y reservar. Si no tenéis microondas, podéis calentarlo en un cazo pequeño hasta que empiece a burbujear un poco.

Mezclar el arroz cocido con la harina de arroz glutinoso, el aceite y la sal en un procesador de alimentos, o en el accesorio picador de la batidora.

Agregar el agua de cucharada en cucharada hasta que se haya formado una masa densa.

Pasar la masa a un cuenco mediano, añadir el furikake y amasar hasta repartirlo bien. La masa tiene una textura aceitosa que no tiene nada que ver con el tipo de masas a las que estamos acostumbrados.

Dividir la masa resultante en 4 partes, y cada una en 6 u 8 piezas con las que formaremos bolas, en total unas 24-32 bolitas del mismo tamaño.

Poner una lámina de papel de hornear en la bandeja del horno.

Cortar dos cuadrados de 10×10 cm de papel de hornear o abrir una bolsa de plástico de las de congelar alimentos.

Poner una bola de masa entre las dos láminas y pasar el rodillo hasta que quede un disco de unos 6 o 7 cm de diámetro y entre 1 y 2 milímetros de espesor.

Quitar una de las láminas de papel y colocar el disco de masa sobre la bandeja ayudándonos con la otra lámina para evitar que se rompa.

Si queréis senbei perfectamente redondos o de otras formas que os apetezcan, podéis usar cortagalletas.

Repetir el proceso con todas las bolas colocándolas con una separación de 1 cm entre ellas. Debería caber holgadamente  una docena de senbei en cada bandeja.

Precalentar el horno a 180 ºC.

Hornear a 190ºC a media altura, con calor arriba y abajo, durante 6 minutos, hasta que se sequen los bordes.

Dar la vuelta con una espátula de metal, y hornear por la otra cara otros 6 minutos o hasta que empiecen a dorarse.

Sacar del horno y dejar enfriar un par de minutos.

Pincelar los senbei con la mezcla de salsa de soja y miel y volver a meter en el horno, ya apagado, durante 2 o 3 minutos hasta que se sequen y oscurezcan un poco.

Retirar del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Si los conserváis en un recipiente hermético se mantendrán crujientes hasta una semana.

¡Itadakimasu!

Esta receta es una colaboración de Carabiru, autora del blog Birulicioso.