Pastas de las Hermanas Clarisas de Valdemoro
El año pasado, en Navidades, una amiga (Teresa) me regaló una caja de pastas de las Hermanas Clarisas de Valdemoro. Me dijo que, por esas fechas, acudía al convento para comprarlas y regalarlas entre sus allegados. Me comentó que las hermanas Clarisas, mediante la venta de estos dulces, mantenían su comunidad basada en el «Ora et Labora».
No soy muy amigo de los dulces, así que en la siguiente visita a casa de mis padres, llevé mis pastas para compartirlas en familia.
Cuando mi madre servía el té y el café, yo ponía los Corazones de Yema en un plato. Aunque eramos pocos en la sobremesa y la caja contenía bastante cantidad de pastas, volaron en un momento. Se acabaron tan rápido que parecía que se las hubieran llevado los ángeles.
Posteriormente tuve la oportunidad de probar Las Almendradas de la Abuela y quedé fascinado por lo ricas que estaban. Fue en ese momento cuando pensé que este pequeño secreto había que compartirlo y darlo a conocer a través de nuestra tienda.
Nuestros clientes tienen que saber que, además de degustar estos deliciosos manjares, colaboran con su compra en la manutención de la comunidad.
Nos ofrecen 6 variedades:
- Almendradas de la abuela. Almendra, azúcar y chocolate.
- Florecillas. Mantequilla, dados de fruta, harina, azúcar, huevo y ron.
- Trufas. Chocolate, nata, mantequilla, azúcar y ron.
- Feos. Almendra, azúcar, clara de huevo y harina.
- Castellanas. Aceite de oliva, harina, anís, azúcar y huevo.
- Corazones de yema. Mantequilla, yema de huevo, azúcar, harina, almendra y limón.
La verdad, es que mientras estoy escribiendo estas líneas, tengo encima de la mesa una variedad de pastas y un Rooibos, tengo miedo por los estragos que pueda hacer tanto dulce en la báscula y, aunque intento buscar mi favorita, creedme que me resulta imposible. Me gustan todas!!!
Son un detalle ideal para sacar a los invitados en la sobremesa.