Bollos de té verde Matcha-Bancha
Si os gusta desayunar o merendar con pan y os gusta el té verde, ¡estáis de suerte! Os va a encantar la receta que os traigo hoy. A continuación os enseñaré a preparar unos ricos y esponjosos bollitos de té Matcha-Bancha. ¿Y qué es el Matcha-Bancha, os preguntaréis? Pues es un invento genial de Félix, el capitán de barco de Café Té Arte, 😉 que consiste en un té Bancha molido muy fino, para poder usarlo en platos y repostería de la forma en que se usa el matcha pero siendo más económico porque se compra en hoja y se muele en casa con un molinillo de café.
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El Bancha es un té verde clásico japonés, que contiene hasta un 70% menos teína que otros tes verdes ya que se recolecta de las hojas inferiores de la planta. Su sabor es suave y con una nota a césped. Aunque no tiene la misma calidad que el matcha, no notaremos la diferencia una vez que esté mezclado e integrado en nuestros bollos.
Ingredientes para media docena de bollitos de té verde:
- 300 g de harina de fuerza
- 10-15 g de té verde molido
- 3 g de levadura seca de panadería
- 1/2 cucharadita de sal fina
- 1 cucharadita de azúcar blanco
- 125 ml de agua
- 60 g de aceite de oliva
- 1 huevo
- opcional: sésamo u otras semillas para decorar los bollos
Preparación:
La elaboración de estos bollitos de té verde comienza un día por la noche y acaba al día siguiente a mediodía. En un bol mediano o grande pondremos primero los ingredientes secos: la harina, el té verde molido, la levadura, la sal y el azúcar y los mezclaremos para que queden bien repartidos. La cantidad de té que doy es variable puesto que dependerá de cuánto nos guste el té verde. En mi caso he apostado fuerte y he usado 15 g de té Matcha-Bencha para que la masa tenga mucho sabor y color.
Una vez bien removidos los elementos secos pondremos los líquidos, es decir, el agua, el aceite de oliva y el huevo, que enriquecerá la masa y le dará una textura más jugosa. Con una paleta, mezclaremos hasta obtener una masa pegajosa pero uniforme. Sacaremos la masa del bol y sobre una superficie limpia y seca, la amasaremos hasta que adquiera una textura lisa. El truco está en hacerlo en varias veces, amasando un par de minutos y dejando repasar otros tantos. De esa manera la masa irá cambiando de textura. No añadáis harina a la mesa, ya veréis cómo se va despegando a medida que amasamos. De todas formas no hay que angustiarse con el amasado, los reposos largos compensarán nuestro trabajo. Una vez lista, la volveremos a meter en el bol, la taparemos y la meteremos en el frigorífico hasta el día siguiente.
Ya por la mañana, sacaremos la masa del frío para despertarla y que nos dé tiempo a desayunar tranquilamente. Volvaremos la masa en la encimera y le daremos un amasado ligero. Dividiremos la masa en 6 partes aproximadamente iguales y formaremos bolitas con ellas. Ahora sí que le podremos una pizquita de harina a la encimera y dejaremos reposar las bolitas sobre la harina, tapadas con un paño, hasta que aumenten de tamaño. No llegarán a doblar pero sí que notaréis diferencia al cabo de un par de horas.
Horneado:
Cuando se vaya acercando el mediodía, encenderemos el horno a unos 170º para precalentarlo. Cada horno es un mundo y si el vuestro es pequeño, bajad diez grados la temperatura. Dejad dentro del horno la bandeja donde vayáis a hacer los bollos para que también coja temperatura. Una vez esté listo, pondremos una hoja de papel sulfurizado sobre la bandeja y pasaremos los bollitos a ésta con cuidado de no quemarnos. Si queréis hacer como yo y decorarlos con unas semillas, pulverizad un poco de agua por encima para que se queden pegadas.
Meteremos al horno los bollitos y los cocinamos a la misma temperatura durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, apagamos el horno y dejamos los bollitos 10 ó 15 minutos más con la puerta entreabierta para que se vayan atemperando. Tras sacarlos, los dejaremos enfriar sobre una rejilla.
¿Cómo se difrutan estos bollitos de té matcha-bancha? ¡Como queráis! Se pueden tomar con aceite de oliva para desayunar, con mermelada, tostados… Os recomiendo que los probéis con queso feta y mermelada de fresa; hacen una combinación espectacular. Y seguro que también están riquísimos con la mermelada de mora de nuestra tienda.
Esta receta es una colaboración de Etringita, autora del blog comestible Fotomerienda.