Si no sois muy amantes del coco, tendréis que buscar otras recetas deliciosas en nuestro blog. Pero si os chifla el coco… os traigo las pastas perfectas para acompañar un té Limón Dulce. Esta vez no va de galletas. Va de bocados ligeros, deliciosos y crujientes llenos de sabor que combinan con un té negro de matices cítricos y entre sorbo y bocado, disfrutar de la sobremesa.

Las pastas de coco son facilísimas de elaborar y si descontamos el tiempo de reposo, se preparan en cuestión de minutos. Os voy a dar la receta para unas 16 pastas, que son un par de hornadas de horno pequeño y una de uno grande pero sentíos libres de doblar las cantidades porque no vais a poder resistiros una vez que las probéis.

Ingredientes:

• 15 g de mantequilla ablandada
• 75 g de azúcar glas
• 1 huevo
• 100 g de coco rallado
• una pizca de sal

Preparación:

En un bol, mezclar la mantequilla y el azúcar glas, comenzando con un tenedor y cuando esté todo más o menos integrado, pasar a unas varillas. En caso de tener problemas con los lácteos puede sustituirse la mantequilla por margarina sin ningún inconveniente (de hecho, es lo que aparece en la foto). A continuación poner el huevo y la sal y batir hasta que no queden grumos. Añadir el coco y mezclar de forma que éste se hidrate y tengamos una masa pegajosa. Cubrir el recipiente y dejar reposar la mezcla en el frigorífico al menos dos horas para que gane consistencia.

Pasadas esas dos horas precalentar el horno a unos 170 ºC mientras damos forma a las pastas. Sobre una bandeja, colocar una hoja de papel sulfurizado e ir colocando una cucharada de masa en montoncitos bien separados entre sí. Para que no se nos pegue a los dedos ni a la cuchara, el truco de estas pastas es colocar encima otra hoja de papel de hornear y extender los montoncitos con la parte convexa de una cuchara. Retirar el papel y perfilar los bordes para que queden con mejor presencia.

Hornear unos 10 – 12 minutos (probad primero con 10, siempre hay tiempo de dejarlas un par de minutos más) a la misma temperatura hasta que los bordes estén un poco tostados y la parte central comience a dorarse. Tras sacarlas, dejarlas atemperar un minuto sobre el papel para poder despegarlas sin que se deshagan y hasta que enfríen del todo, sobre una rejilla.

Si os sobran pastas después de tomarlas con el té Limón Dulce se pueden conservar sin problema en un recipiente de cierre hermético alejadas de la humedad. Para que aguanten varios días la única solución es ponerles un candado porque con eso de que son delgaditas es fácil caer en la tentación de sólo una, sólo otra, uy, otra más… ¡Que las disfrutéis!

Esta receta es una colaboración de etringita, autora del blog comestible Fotomerienda.