Hoy os traigo un pudin de pan, una receta de aprovechamiento muy popular, engalanada para lo ocasión con té.

Hace unos días iba a prepararme un té cuando, al abrir el armario donde guardamos las infusiones, galletas y demás artículos de desayuno, me di cuenta de que había un montón de pan seco acumulado. No me gusta nada tirar comida, así que, mientras preparaba y me tomaba un té Pongo, se me ocurrió darle una vuelta de tuerca al tradicional pudin de pan haciendo una versión inspirada en ese mismo té.

No sé si lo habréis visto o probado, pero el té Pongo es muy peculiar, tanto en aspecto como en sabor. Lleva pétalos de cártamo y caléndula, lo que sumado a los granos de pimienta rosa le aporta unos colores cálidos preciosos no sólo a la mezcla, sino también a la infusión. La combinación de ingredientes, entre los que encontramos aceite de lima, hace que tenga un sabor entre floral y fresco que hace que esté muy rico tomado frío.

Si no tenéis esta variedad en vuestra despensa, podéis utilizar Earl Grey y mantener tanto la lima como la pimienta rosa, o alguna de las otras mezclas de té negro que tengan cítricos entre sus ingredientes, como el té Pakistaní, el té Especias Imperial o el té Limón Dulce, y cambiar la lima por naranja o limón, y la pimienta rosa por canela en polvo o experimentar con las otras especias que llevan.

Ingredientes:

• 400 ml de leche
• 4 huevos
• 100 g de azúcar
• 160 g de pan seco
• 2 o 3 cucharadas de té negro
• 1 lima
• 8 granos de pimienta rosa
• caramelo líquido

Con estas cantidades os saldrán unas 8-10 raciones de pudin.

Preparación:

Hervir la mitad de la leche e infusionar durante 4 minutos el té, filtrar, completar hasta los 400 ml con leche fría y reservar.

Trocear el pan seco en un cuenco grande, añadir la leche y dejar que  empape bien.

Mientras el pan se ablanda, machacar en un mortero los granos de pimienta rosa lo más fino posible, batir ligeramente los huevos, rallar la piel de la lima y exprimir su zumo.

Agregar al cuenco el azúcar, los huevos, la pimienta rosa y la ralladura y zumo de la lima.

Triturar la mezcla con una batidora hasta obtener un puré fino bastante líquido.

Precalentar el horno a 180 ºC.

Caramelizar un molde alargado para bizcochos y llenar con la mezcla de pudin.

Hornear a 180 ºC, con calor arriba y abajo, sin aire y a media altura, durante 45-50 minutos.

Si veis que se empieza a dorar demasiado, a partir de los 30 minutos de horneado podéis taparlo con papel de aluminio y seguir hasta los 45 minutos.

Dejar enfriar dentro del molde antes de meterlo en la nevera.

Desmoldar con la ayuda de una espátula de silicona, para no rayar el molde, y volcar en una bandeja alargada, de forma que el caramelo se derrame por el pudin.

Se puede comer a temperatura ambiente, pero el sabor de la lima y el té se hace más pronunciado en frío.

Aguanta en perfectas condiciones unos cuantos días si tenéis la precaución de meterlo en la nevera en un recipiente hermético, y para mi gusto está más bueno al segundo o tercer día de hacerlo.

Esta receta es una colaboración de Carabiru, autora del blog Birulicioso.