Rooibos, la infusión que se hace pasar por té.
Rooibos es llamado a menudo té rojo, por el momento os voy a decir que no es un té. Sin embargo es muy interesante saber más acerca de esta infusión que está disfrutando de una época de gran éxito. Con diferentes sabores o natural, el rooibos es una bebida muy diferente del té negro o verde.
Recogido en el medio silvestre y cultivado por la población local durante más de 300 años, desde 1930, “el té rojo falso” se produce principalmente en la región de Cedeberg, a 200km de Ciudad del Cabo.
Las hojas de té provienen de las hojas de “Camelia Sinensis”. Por contra, el rooibos proviene de un arbusto de 1,5 metros, de ramas delgadas y cubiertas con hojas de un color verde brillante, esta planta es originaria de Sudáfrica y su nombre científico es Aspalanthus Linearis. Es robusta y requiere poca lluvia, por lo que crece en suelos áridos donde hunde sus raíces hasta 4 metros para encontrar agua.
Este arbusto se corta a unos centímetros del suelo. A continuación, se amontonan en pilas que son trituradas, posteriormente son humidificados y expuestos al sol para su oxidación. Debido a esto, el rooibos adquiere su color rojo.
Tras pasarlas por un tamiz que elimina ramas y tierra, se vuelven a exponer al sol para secarse completamente. Antes de envasar el rooibos, se somete a un proceso de vaporización o coción al vapor que elimina impurezas y bacterias, además de detener la oxidación.
Ahora que empieza el verano, os recomiendo rememorar esta infusión de rooibos que nuestro amigo Félix nos mostró hace unos años. Así que, vamos a refrescarnos con un delicioso rooibos.
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